El
miedo a las facturas médicas suele detenernos de visitar a un doctor
cuando nos sentimos mal, y por tal motivo, tomamos cualquier cosa para
aliviar el dolor. Sin embargo, hay malestares que no se deben tomar a la
ligera, y que, aunque pesen, requieren de atención médica.
Tal es el caso de la acidez en la garganta, que lejos de ser un
simple síntoma, pudiera tratarse de un pedido urgente de atención por
parte del esófago.
Un reciente estudio presentando en el Clinical Congress, realizado
en Chicago, señala que el 44% de los adultos suele padecer un reflujo
gastroesofágico por mes y el 7% una vez al día.
Algunos de los síntomas propios de esta afección pueden ser:
•- Sensación de la subida del ácido hacia la garganta.
•- Sensación de asfixia.
•- Dolor en la “boca del estómago”.
•- Sensación de ardor en el pecho.
SERIAS PATOLOGIAS
Según el gasteroenterólogo Dr. Luis Rodríguez, cuando el reflujo es
de larga duración y los síntomas anteriormente descritos no se presentan
hasta pasado cierto tiempo, la lesión de la mucosa esofágica puede ser
de varios grados, formando, en algunos casos, importantes úlceras.
Se ha reseñado que el efecto del ácido en la mucosa del esófago
produce cambios en la histología de sus células, las cuales comienzan a
parecerse a las del intestino, alteración que se denomina metaplasia
intestinal o Enfermedad de Barrett.
Graves complicaciones
Sin embargo, esta patología puede complicarse aún más cuando los
cambios celulares llegan a extremos muy grandes, dejando de parecerse al
tejido original. Este trastorno se conoce como displasia y ocasiona que
los elementos celulares puedan ser potencialmente malignos, lo cual
genera un alto riesgo de sufrir cáncer de esófago.
COMO EVITARLO
En la actualidad, los tratamientos persiguen contrarrestar, en la
medida de los posible, la esofagitis, que es la raíz de las
complicaciones gastroesofágicas. No obstante, se recomienda a aquellos
pacientes que presentan los primeros síntomas de reflujo gastroesofágico
mantener una dieta balanceada, no acostarse inmediatamente después de
comer, evitar el consumo de alimentos muy condimentados o cítricos y
dormir con la cabeza un poco levantada.
De igual manera, en los casos de Enfermedad de Barrett, también
existen distintos tratamientos de acuerdo con las modalidades. Si es el
Barrett corto (lesiones menores de 2 cm), se pueden usar inhibidores de
la bomba de protones: ezomeprazol, rabeprazol, etc.
Mientras que si se diagnostica displasia, entonces el tratamiento
debe ser más agresivo, a través de procedimientos endoscópicos, como la
ablación con calor y cirugía en los casos de que sea maligna.
De acuerdo con el Dr. Rodríguez, ante la presencia de síntomas como
acidez estomacal, amargura bucal, dolor de garganta, nauseas o vómitos
de sangre, lo recomendado es acudir a un especialista, quien podrá
diagnosticar la enfermedad y prescribir un tratamiento adecuado.
Fuente: http://www.elaviso.com
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